Descubriendo y refutando: Alegando por la validez de la Psicoterapia
La práctica de la psicoterapia de orientación psicoanalítica, tal como Freud lo expresara en 1904, continúa aún en proceso de evolución. Freud toda su vida fue fiel al método científico, y por ello estaba convencido que el futuro del psicoanálisis dependía de validar su propuesta teórica, reformulando hipótesis y sometiéndolo al método científico:
“La psicoterapia sigue pareciéndoles a muchos médicos un producto del misticismo moderno, y por comparación con nuestros recursos terapéuticos físico-químicos, cuya aplicación se basa en conocimientos fisiológicos, un producto directamente acientífico, indigno del interés de un investigador de la naturaleza.”.
Freud, sostenía que la investigación científica debía proponer nuevas hipótesis, para reformular, explicar los datos empíricos que obtenía a partir de su trabajo con enfermos graves o con patología neurótica.
“En aquel tiempo, la técnica del procedimiento aún no había sido desarrollada; no pude proporcionar al lector médico del libro las indicaciones que lo habrían habilitado para realizar por sí mismo un tratamiento de esa clase. Pero sin duda influyen también razones de naturaleza más general”.
Es así que la propuesta no es la lucha contra los síntomas, en su lugar, se busca identificar las causas subyacentes de los trastornos mentales. Si aún no logramos una comprensión de las causas de los síntomas no son éstos los que deben ser modificados, sino las teorías e hipótesis que formulamos en cada proceso terapéutico. Es a la ciencia a quien corresponde desarrollar estructuras hipotéticas que permitan al analista restablecer la cadena de las causas de los síntomas.
En un proceso de terapia el terapeuta formula y ofrece a su paciente una hipótesis tentativa sobre las causas de los síntomas que lo aquejan. Es a partir de observar la transferencia y la contratransferencia que elabora su propuesta haciendo uso de la interpretación como herramienta para develar lo inconsciente: “El método psicoanalítico es una situación especial que pone en marcha, en el campo, observacional más amplio posible, un “método de descubrimientos y refutaciones” en cuanto a la forma en que operan nuestras teorías inconscientes de la relaciones”. (Jorge Luis Ahumada)
Ahumada continua: “A diferencia de lo que ocurre en la observación etológica, la clínica psicoanalítica es intuitivo observacional para ambos participantes. En el acercamiento a la ostensión el analista aporta sus conjeturas al paciente. Son intentos de descubrir en palabras un “conocimiento por familiaridad” tentativo, que al señalar aspectos hasta entonces no reconocidos podrá, si es suficientemente preciso, iluminar sectores desconocidos u oscuros de la realidad psíquica del analizado acercándolo a descubrimientos”.
Freud estaba decidido, y dedico buena parte de sus reflexiones a la defensa del psicoanálisis, lo que luego permitió abrir el camino a nuevas investigaciones y descubrimientos en la práctica misma.
En su ponencia: Sobre la psicoterapia dada en 1904, inicia su presentación reprochando a sus colegas el acusarlo de improvisar un tipo de tratamiento alejado de las reglas que establece el método científico, dice:
“En primer lugar, les recordaré que la psicoterapia no es un procedimiento terapéutico moderno. Al contrario, es la terapia más antigua de que se ha servido la medicina”.
Luego, recrimina a la comunidad científica el alejamiento a lo verdaderamente importante al privilegiar el método, por encima del contacto y vínculo humano con los pacientes:
“…Les llamaré la atención sobre lo siguiente: los médicos no podemos renunciar a la psicoterapia, aunque más no sea porque la otra parte que debe tenerse muy en cuenta en el proceso terapéutico -a saber los enfermos- no tiene propósito alguno de hacerlo… “
Y es cuando alega por la revaloración de la confianza que el paciente deposita en su médico, como base para la curación:
“..ciertos trastornos, y muy en particular las psiconeurosis, son mucho más accesibles a influencias anímicas que a cualquier otra medicación. No es un dicho moderno, sino una vieja sentencia de los médicos, el de que a estas enfermedades no las cura el medicamento, sino el médico; vale decir: la personalidad del médico, en la medida en que ejerce una influencia psíquica a través de ella.
Estos son los primeros esbozos de lo que luego sería definida como la principal herramienta para la cura terapéutica, es decir, la transferencia.
“…nos ha enseñado que la alta confiabilidad de que acusamos a tantos de nuestros métodos de curación se retrotrae justamente a la influencia perturbadora de este poderoso factor. De esa manera se vuelve incontrolable, indosificable, susceptible de acrecentamiento. ¿No es entonces lícito que el médico se empeñe en apropiarse de ese factor, servirse deliberadamente de él, guiarlo y reforzarlo? A esto, y sólo a esto, los alienta la psicoterapia científica.
Es así que el psicoanálisis se diferencia de las seudo ciencias por su valor de eficacia y comprensión profunda del psiquismo:
“Me es lícito aseverar que el método analítico de la psicoterapia es el de más penetrantes efectos, el que permite avanzar más lejos, aquel por el cual se consigue la modificación más amplia del enfermo”
A raíz de las intelecciones sobre el mecanismo de las enfermedades anímicas a que nos da acceso, quizá sea el único capaz de superarse a sí mismo y de señalarnos el camino hacia otras variedades de influjo terapéutico.
Incluso formulo varias limitaciones respecto a la aplicación del método para todas las enfermedades mentales. Actualmente el avance en las investigaciones dan cuenta que las condiciones se han modificado, y que precisamente la reformulación de la diversas investigaciones y propuestas teóricas han reformulado la técnica y hecho accesible los beneficios de la psicoterapia analítica a diversas patologías actuales.
a.- El psicoanálisis no apela a la sugestión. Su foco de trabajo está sostenido en interpretar la transferencia.
“La terapia analítica, en cambio, no quiere agregar ni introducir nada nuevo, sino restar, retirar, y con ese fin se preocupa por la génesis de los síntomas patológicos y la trama psíquica de la idea patógena, cuya eliminación se propone como meta”.
b.- La práctica analítica, en tanto se ocupa de la complejidad el mundo psíquico, requiere de tres condiciones indispensables: Formación continúa de las bases teóricas, análisis personal y supervisión clínica y comunidad terapéutica.
La práctica clínica contra lo que muchos asumen, no es fácil ni obvia. Y aquí recoge un párrafo, de la obra de Hamlet:
“Querrías tañerrme; ( … ) pretendéis arrancarme hasta el corazón de mi secreto, extraer desde la nota más grave hasta la más aguda de mi diapasón; y habiendo tanta música y tanta excelente voz en este pequeño instrumento, no lográis hacerle hablar. ¡Mil diablos! ¿Pensáis que soy más fácil de pulsar que una flauta? ¡Tomadme por el instrumento que os plazca, y por más que me sacudáis no sacaréis de mí sonido alguno!» (acto III, escena 2).
c.- El método implica la tolerancia al tiempo cronológico para ambos participantes del proceso. Nos encontramos con hechos fortuitos, pero no azarosos con un observador que sin estar libre deteorías no está irremesiblemente atado a ellas.
Tanto para paciente como para terapeuta.
“el investigar y examinar no apunta a resultados rápidos, y la mención de la resistencia los prepara para esperar cosas desagradables. Toma tiempo: La terapia psicoanalítica se creó sobre la base de enfermos aquejados de una duradera incapacidad para la existencia; y estándoles destinada, su triunfo consiste en que pudo devolverles a un número significativo de ellos, duraderamente, esa capacidad. Frente a este resultado, todo gasto se vuelve mínimo.
d.- No están definidas las indicaciones y contraindicaciones:
1.- Ahora bien, la psicoterapia analítica no es un procedimiento para tratar la degeneración neuropática; al contrario, encuentra en esta su límite. Tampoco es aplicable a personas que no se sienten llevadas a la terapia por su padecer, sino que sólo se someten a ella por orden de sus parientes. En cuanto a la propiedad de que el enfermo sea susceptible de educación para que pueda aplicársele el tratamiento psicoanalítico, deberemos examinarla todavía desde otro punto de vista.
2.- Las psicosis, los estados de confusión y de desazón profunda (diría: tóxica), son, pues, inapropiados para el psicoanálisis, al menos tal como hoy lo practicamos.
3.- El límite inferior de edad sólo se determina según los individuos; los jóvenes que no han llegado todavía a la pubertad a menudo constituyen un terreno óptimo para la influencia terapéutica.
4.- No se recurrirá al psicoanálisis cuando sea preciso eliminar con rapidez fenómenos peligrosos, por ejemplo, en el caso de una anorexia histérica.
e.- Puede ser dañina. La importancia de conocer el método, nos llevaría tener en cuenta las limitaciones. Por ejemplo someter una persona a recuerdos dolorosos vividoa temprana edad, pude ser arrasado y culpar a las terapia de recordarles situaciones que no pueden tolerar, eso hace que genere resistencias o se venzan las pocas defensas que tenía. No se puede remover.
Al final de su ponencia, establece los elementos del psicoanálisis clínico, que lo diferencia de otros tipos de terapias, incluyendo la místicas o esotéricas.
El psicoanálisis se basa entonces:
El reconocimiento del inconciente (instancia psíquica)
La sexualidad (represión)
La transferencia (pasado-presente).
 
Bibliografia:
Freud, S. (1904)” Sobre psicoterapia”. En Obras completas Amorrortu. Volumen VII pág 243-257.
Jorge L. Ahumada. (1999). En Descubrimientos y refutaciones. La lógica de la indagación psicoanalítica. . Editores Editorial biblioteca nueva y Asociación Psicoanalítica de Madrid. Wolman, Benjamin. Técnicas psicoanalíticas. Editorial. Buenos Aires . Biblioteca el tema del hombre.