La psicopatía y sus diferencias con el matricida
Vemos diariamente en los medios noticias acerca de crímenes cometidos por individuos, sean hombres o mujeres, contra sus propias madres. Es común etiquetar a las personas que incurren en este delito como “psicópatas”, muchas veces sin saber a ciencia cierta qué caracteriza a un sujeto con este tipo de personalidad, en gran parte, debido a informaciones inexactas sobre la personalidad patológica. Antes de establecer diferencias entre un psicópata y un matricida, es importante primero caracterizar al primero, dado que el término “psicópata” se encuentra actualmente difundido sin que tenga una definición rigurosa.
El mecanismo de convertir al otro en “cosa”, es típico en los trastorno de personalidad psicopática. Los psicópatas, desde temprana edad, pueden mostrarse extremadamente exigentes y explotadores con sus padres, obteniendo de ellos todo lo que puedan (dinero, comida, formación) para luego despreciar abiertamente las oportunidades que se le brindan. No parecen mostrar ningún sentimiento de culpa, por el contrario se muestran ostentosos proyectando la imagen de ser seres únicos y especiales.
Dan la impresión de ser impulsivos e inestables emocionalmente y, aparentemente, se dejan influenciar por el grupo con facilidad. Suelen hablar en un tono sensiblero y sentimental. A pesar de considerarse a sí mismos como tremendamente populares, de hecho, no tienen verdaderos amigos.
BETTY JOSEPH;nos sindica que existen 3 características interrelacionadas y fundamentales para ilustrar la condición psicopática:
Incapacidad para tolerar cualquier tensión: A nivel físico se arrancan la piel, se muerden las uñas cuando experimentan cualquier irritación, no pueden soportar la frustración y tiende a actuar sus impulsos inmediatamente sin ninguna inhibición. Es una forma de mecanismo complicado para evitar el conflicto interno y la ansiedad.
Muestran una particular actitud hacia quienes los rodean:Se muestran exigentes, controladores, voraces y explotadores. Todo lo que consiguen lo dañan y lo desperdician; entonces se sienten frustrados, deprivados y surgen de nuevo la voracidad y la exigencia.
Un aspecto importante, es la envidia que le despiertan todo aquel que está dispuesto a ofrecerle algo bueno, por ello, exige y luego destruye lo bueno que se le otorga.
Evade el sentimiento profundo de culpa y la depresión, la persecución profunda y la criminalidad real:Tiene fantasías de omnipotencia, es decir, fantasea que lo puede todo. Es el caso de algunos adolescentes que al ser incapaces de vislumbrar una carrera para sí mismos, deciden por ejemplo estudiar la carrera de sus padres.
Es como si no pudieran construir su identidad y por tanto se cuelgan de los logros del otro evitando nuevamente la frustración y depresión por sus incapacidades; o si eligen otra carrera se ven a sí mismos como grandes personajes con fama y poder inmediato.
Sin embargo, cuando tiene que enfrentar la realidad, como por ejemplo enfrentar un examen lo evaden, postergan u omnipotentemente tienen la firme convicción que en las dos o tres días restantes podrán ponerse al día con facilidad, en casos más negadores no se presentan con la justificación de estar seguros de su inteligencia, por lo que ningún examen merece ser tomado en cuenta.
Esta convicción cumple la función de evitar los sentimientos depresivos, dependencia, deseo o sentimiento de pena por descubrirse seres comunes y nada especiales. El temor, a que sus fracasos queden en evidencia, los lleva a mostrarse autosuficientes, burlándose y mofándose del resto de seres que “no son especiales”.
Considera que su genialidad los hace superiores a los otros, por tanto, profesores, padres, o amigos son unos tontos que no merecen que él los escuche, porque los considera fracasados.
Se pueden reunir con amigos casi delincuentes, en los cuales proyecta los aspectos criminales de sí mismo y se justifican en que son los otros los que roban y mienten y no él. Evitando así una criminalidad real y la culpa que ésta le acarrearía. Hay un temor a la persecución lo que le impide ser un criminal.
Diferencias:
El matricida es un sujeto que vive un conflicto afectivo con su madre, la reconoce como un ser determinante ya sea que la necesite pero que a la vez odia y ama. El psicópata, al no tolerar conflictos decide eliminarlos indiferentemente de si quien los genera sea su madre.
El matricida, vive las agresiones con intensidad y dolor, por ello pierde el control y da paso a la impulsividad y descarga violenta de sus odios, resentimientos y miedos. Es en esta descarga que lamentablemente puede eliminarse físicamente a la madre. El psicópata, en tanto reconoce el obstáculo se da tiempo para calcular y planificar su eliminación. Busca realizar la operación de manera pulcra y limpia, le resulta excitante la sensación de triunfo frente al objeto-persona- obstáculo que no sólo ignora sus planes sino que además no los percibe ni identifica absoluto.
El matricida, siente a la madre como competidora, explotadora, por ello asesinarla es una forma de lograr libertad. En el psicópata no hay competencia, ni libertad que lograr, toma del otro lo que desea, ya que siente que le pertenecen por derecho propio. Al considerarse seres especiales asumen que lo merecen todo, nada les debe ser negado.
El matricida, mantiene a su madre muerta presente, la lleva consigo y puede considerar que su ausencia es temporal, la ama y la odia. En palabras Andre Green: “La madre muerta es entonces, contra lo que se podría creer, una madre que sigue viva, pero que, por así decir, está psíquicamente muerta a los ojos del hijo a quien ella cuida.”(pag.209). De esta manera, en lo sucesivo el sujeto tendrá que adaptarse a la nueva circunstancia, que es la de vivir un maternaje interrumpido, un holding no vivido y, por lo tanto, una existencia también interrumpida, quedando ambos madre e hijo con una sensación de vacío, futilidad y muerte. El psicópata no reconoce el dolor por la ausencia, en tanto no la considera necesaria para sostener su mundo interno. Por ello no hace duelo porque no la pérdida, que tiene enterrar a nadie.
Para finalizar, consideramos que parte de la incapacidad del psicópata para tolerar frustraciones, está que desde niños fueron criados y tratados como seres únicos; y especiales; se les inculco “secretamente” que en tanto son los elegidos, tiene el derecho de tomarlo todo, y que nada les debe ser negado.