El desplazamiento social: consecuencias psicológicas y formas de intervención
Por Nicole Faveron
El presente artículo es un resumen del texto “El desplazamiento considerado como un trauma psicosocial de carácter específico” escrito por la psicóloga Elizabeth Lira, el cual resulta interesante porque nos lleva a reflexionar sobre cómo un fenómeno tan común en nuestro país como es el de la migración de una población de un lugar a otro en busca de huir de factores que amenazan su vida, puede generar traumas no sólo a nivel individual sino también grupal, y deja secuelas que repercuten en su futuro.
Si entendemos violencia como una forma de relación social concreta que implica que un individuo o grupo viole la integridad física, social y psicológica de otra persona o grupo, entonces se debe destacar también que la misma puede ser motivada por emociones y sentimientos como hostilidad, ira, resentimiento, odio, cólera, temor, vulnerabilidad y otros.
En el texto se explica que muchas veces la violencia se legitima como recurso de poder y es instalado en la mayor parte de relaciones sociales y familiares que se traducen en amenazas, insultos, golpes, la prohibición de expresarse libremente, de hacer lo que se siente, la humillación, entre otros. Lo que en lo personal me resulta alarmante es que en muchos casos esta conducta se torna cotidiana y se llega a normalizar, por lo cual las personas no buscan una solución, para ellos porque simplemente no ven que exista un problema.
En las situaciones de violencia política que implica la migración forzada de un grupo de personas de un lugar a otro, esto genera en las personas un trauma, es decir una desestructuración psíquica a causa de tener que desplazarse ante la inminente amenaza aniquilación y muerte; donde por un lado se rompe la institucionalidad que podría garantizar la vida y derechos de los individuos y por otro la amenaza de muerte en las relaciones sociales. Lo que en lo particular es resaltante es que estas personas se ven forzadas a lidiar por un lado con el sentimiento de vulnerabilidad e inseguridad de que quien debería velar por sus derechos, es decir el estado incurre en un abandono y desprotección, y por otro lado el impacto de tener que romper vínculos tanto familiares como amicales, construidos a lo largo de su vida, de forma tan abrupta para empezar en una nueva sociedad en la que se es un completo foráneo.
Asimismo ante la inserción social en condiciones de violencia estructural, estas familias sufren también con frecuencia marginación por parte de la nueva sociedad a la que se integran, lo cual irónicamente genera políticas destinada a resolver sus problemas más graves de forma temporal. Este vínculo social establecido los hace integrarse desde la inestabilidad y transitoriedad.
Por otra parte, si se piensa intervenir de forma tanto individual como social para ayudar a mejorar la salud mental de estos individuos, se debe considerar especialidades de tipo psicoterapéutico, psiquiátrico, psicopedagógico, sin dejar de lado el área preventiva que implica explicar las causas de la violencia y las condiciones que la perpetúan, dando a conocer así el origen sociopolítico. Esto me resulta relevante de resaltar, ya que es importante conocer la historia para no repetir los mismos errores, pero no se trata de conformarnos con el conocimiento superficial que nos dan los hechos, sino aspirar a un saber más reflexivo, en el que se intenta entender a los individuos como lo que son, seres humanos que poseen no sólo necesidades físicas sino también necesidades afectivas o emocionales.
Ésta intervención debe contribuir a desestigmatizar la situación de las familias e individuos desplazados; facilitar la expresión de las emociones ante los eventos traumáticos; motivarlos a que ellos mismos propongan soluciones a sus problemas para devolverles su sentimiento de valía y plantear actividades culturales que les genere un sentido de pertenencia.
Por último es importante destacar que los profesionales que trabajan con estas familias e individuos a favor de resolver su problemática, también sufren con frecuencia ansiedad y altos niveles de angustia; no sólo se hace referencia a los psicólogos sino todos aquellos que en su labor tienen contacto con estas personas y sus historias como por ejemplo personal administrativo. Por tanto es crucial tomar medidas preventivas para proteger la salud mental de estos trabajadores también como por ejemplo que el trabajo realizado este claramente delimitado en un marco social y político, que implique la supervisión de casos y potencialización de los recursos y herramientas de estos trabajadores.